Enredando el hilo.

Hace tanto tiempo que no escribo en un papel con un bolígrafo o un lápiz, que el día que empiece, me dolerá la mano. Pero no solo por ese medio. Hacía tanto que no utilizaba el ordenador, que no me dí cuenta hasta que comencé esta entrada, que la tecla de las mayúsculas estaba activada (probablemente la culpable sea mi perra).

¿Os habéis fijado lo mal que suenan algunas palabras? Por ejemplo, perra, el femenino de perro, animal, en cambio gata, no suena tan mal. Nada tiene que ver que una especie sea mejor que la otra, no entraré en ese debate. Pero suena mal, fatal. Sé que lo de perra viene por el insulto, pero ¿y gata?, ¿acaso nadie ha escuchado en las canciones de reggaeton, referirse a las mujeres como gatitas? ¿es eso mejor?.

Otra cosa, me acabo de dar cuenta de que nunca he escrito reggaeton (ya van dos veces), he tenido que buscarlo en google, no se escribe reguetón, ni reggettone como he visto a otra gente escribirlo. 

No os pasa también, que habéis encontrado el momento, el hueco, el segundo perfecto para hacer algo, la inspiración ¡esa maldita gata! (no suena igual que con perra) os visita, la idea está implantada, solo hay que desarrollarla. Está en la punta de la lengua, la música es perfecta, y comienzas; pero de repente (di ripinti) aparece todo el mundo por todas partes reclamando tu atención. Nadie te necesita nunca, en los días grises nadie llama (¿se sigue llamando por teléfono?) y te mueres del asco en casa. Pero los días que todo está en una onda calmada llena de tranquilidad, todo se va. Se va a la mierda.

Empiezas, pero no acabas ninguna frase. Y la música sigue siendo buena, lo que pasa es que no la estás escuchando, porque Paca la de la mercería vio a la hija del carnicero enrollándose con el vecino de la vecina del primo de la prima de la sobrina de la planta de Concha. Pero la música sigue sonando y sigue siendo buena, pero no la estás escuchando, igual que no estás escuchando a tu madre, porque estás pensando qué ponerte por la tarde para quedar con las amigas y porque a una a las seis le viene bien quedar y a otra el número seis le da mal "feng shui" (otra palabra que nunca había escrito). Pero sigues con la música, con tu madre, con las conversaciones en el whatsapp, pero no escuchas nada, no lees nada, porque estás pensando en otra persona, mucho más importante que todo esto. Y al final, te olvidas de la idea inicial que tenías para escribir en el blog y acabas escribiendo sobre esa persona; porque al final es en lo único en lo que piensas.

Posdata: ¿sabéis que el diccionario, corrector o cómo se llame de google, no reconoce la palabra "google"? Intrigante.