Image and video hosting by TinyPic Image and video hosting by TinyPic Image and video hosting byhttp://lesmeses.blogspot.com.es/search/label/tutorialTinyPic

Sinónimos y de todo un poco y más: Las pericias de Don Pericioso-ato.

¿Cómo alguien en este mundo puede tener tan mala pata, suerte, fortuna, con la tecnología? Para tener veinte años, ya he tenido más aparatos, cacharros, maquinaria, que aprobados, borracheras u orgasmos.

Mi último desastre, calamidad, catástrofe, infortunio, desgracia, caos, mi seismesino móvil. Era perfecto, era negro y plateado, rápido como una bala y el instagram se abría solo con pensarlo. Perfección. ¿Su defecto? sus constantes intentos de suicidio, no lo culpo, tal vez lo estaba arrastrando a una vida de esclavitud constante, todo el día con él para allí y para acá, escondido en el estuche durante las horas de clase, escondido entre la servilleta en las horas de comer, babado en las horas de siesta, apretujado junto a una chaqueta y unos playeros dentro de un monedero en las horas de fiesta. Todo el día conectado como si fuera si su cordón umbilical, a unos cascos escuchando las mismas canciones una y otra vez, obligado a sacar fotos a comidas que él nunca iba a poder disfrutar... salvo cuando sus intentos de suicidio aterrizaban en un batido de fresa con nubes de azúcar. Puede que me sienta algo culpable, pero tal vez su constante utilización se debía a que me sentía completa con él, no había espera que resultara pesada con su aplicación para leer libros, no había trayecto largo en autobús con sus juegos. Lo necesitaba un montón, y ahora, después de dos días sin él he experimentado un pequeño proceso de transición; primero de intensa tristeza que derivó en una extremada necesidad, necesitaba mi dosis, ¿qué estaría pasando en los grupos del whatsapp? ¿por qué nadie quería descargar y utilizar el facebook? ¿por qué no se puede descargar el whatsapp en el iPad? Todo estaba en mi contra, no me rodeaba el sonido incesante de una nueva notificación, ni la agobiante necesidad de tener el teléfono cerca de mi las veinticuatro horas diarias, podía ver una película sin tener que pausarla constantemente, lo mismo cuando estaba leyendo o estudiando, ya no me despierta nadie a las siete de la mañana deseándome buenos días. Por lo que esa sensación de necesidad pasó rápidamente a otra de ''posss me da igual to".


Pensé seriamente en no arreglar el teléfono, pero ¿si el teléfono estaba deprimido, cómo no solucionar su problema? Recuerdo que su primer intento de suicidio ocurrió en la madrugada de octubre, después de abrazar a un apuesto hombre, el móvil simplemente salió despedido de mi mano, pensé que debido al estado en que me encontraba (llamémoslo de intensa felicidad) fui yo quién lo tiró al suelo, pero después de sus constantes y siguientes intentos, hoy, no me queda duda alguna, mi móvil necesitaba amor, amor que yo no podía proporcionarle puesto que solo lo quería utilizar. Intenté compensarle esa falta de amor comprándole cosas bonitas como una mullida y elegante funda, pero de nada sirvió, por las escaleras se estrelló (y sin haberlo pensado, me ha salido un pareado).
Antes que mi móvil, fue el touch pad del portátil, anteriormente la tablet, ulterior otro móvil y así hasta mi primer juguete con pilas; el puto perro bailarín cuyos ojos no se encendían (aunque a día de hoy agradezco no tener el trauma de ver unos ojos rojos en la oscuridad).
Pero aun así, el diablo me ha tentado y a mi me encanta el rojo, por lo que he caído en sus manos; he encontrado un suplente mientras el principal se repara en el sanatorio (manicomio en realidad), eso si, no me preguntéis donde está el pequeño sustituto porque no sé en que parte del fondo del mar de mi cama lo dejé vibrando desconsoladamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario