Tantos planes al inicio de la semana para acabar al final de esta durmiendo la siesta.
¿Eso es bueno o es malo? ):)
He aprendido que lo espontáneo es mucho mejor que lo mil veces planificado.
Los besos robados son cien mil millones de veces mejores que los pedidos.
Y por supuesto los planes de última hora son doscientos mil trillones de veces más divertidos, eso sí, dormir la siesta tampoco está mal ;).
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