Boxeo para parejas casadas.

 Me encanta cuando mis padres discuten. Pero cuando discuten de verdad.
Mamá saca su normalmente apaciguado genio y es el momento en el que mi normalmente geñudo padre se queda noqueado. 
Round 1 para mamá.
En esos diez minutos ,en los que el origen de la disputa es algo tan insignificante como quién fue el último en entrar en la cocina, sucede una película sobre sus 30 años de casados ante nuestros ojos donde los dos contrincantes enumeran las meteduras de pata del otro. Mamá tiene muuuucha mejor memoria.
Round 2 para mamá.
Mi padre indefenso y solo con la opción de subir su alta voz (para intentar asustar) intenta que una de sus hijas interceda por él. Yo que soy lista , me hago la autista y mi perra le ladra (-¡MUJERES!-grita).
Mi padre que ve que no tiene posibilidades de ganar ante los ataques inesperados del pico de la gavilucha, decide ser el sabio y marchar del ring sin emitir ruido alguno.
Round 3 para mamá.
Digo que me encanta cuando mis padres discuten porque ese día (normalmente cae en sábado o en fiestas de guardar) las chicas de casa somos las amas. Mi padre se dedica a los quehaceres de la casa sin que nadie se lo haya pedido y suele ser más amable de lo normal, te trae el yogur, te plancha el vestido con el que vas a salir de fiesta y te da dinero extra.
Mi madre se puede apropiar del sofá y del derecho de mando de la televisión (origen también de disputas varias).
Si son días muy tranquilos.
Ya sabes...
...después de la tormenta llega la calma.