Egocéntrica.

Hoy ha sido un gran día de trabajo, de diseñar proyectos a un futuro cercano, de experimentar en campos creativos sobre diseño donde no sé porqué no me atrevía a meter el dedo.

Y siempre me pasa, tener la ilusión de hacer algo, pero el miedo de llevarlo a cabo. Soy reacia a comenzar todo aquello que me ilusiona por el pánico de que esto se acabe, porque chicos, todo llega y todo se va y nada en esta vida me da tanta angustia como esa frase. Puede que la repita hasta la saciedad, puede que sea mi frase, puede que os intente engañar con ella, pero solo me intento engañar a mi misma. No quiero que nada empiece, quiero ser lineal, pero quiero experimentar todo tipo de cosas que el destino (cuyo nombre siempre me recuerda a una prostituta de los bajos barrios londinenses, con sonrisa y sin dientes), que el destino me ofrece. Quiero experiencia y conocimiento. 

Pero si algo me da miedo, me tiro de cabeza, acojonada pero ya en el pico de la montaña rusa más alta no hay marcha atrás, solo puedes cerrar los ojos y dejarte llevar por la empinada caída.

Hoy nada ha sido demasiado interesante y es que a veces me gusta que me pregunten qué he hecho hoy y negar con la cabeza, y soltar un nada. Porque es cierto, hoy la nada ha llenado mi casa vacía, donde las ventanas han permanecido toda la tarde abiertas, porque el calor es insoportable, pero me gusta. Me gusta estar así, un día en mi habitación como en aquellos tiempos oscuros (verdes oscuros casi negros). Porque si, hoy he podido recrearme en los rincones oscuros y alejar la luz, no sonreír todo el tiempo. No estoy triste, ni deprimida. 

Estoy bien, estoy normal.

No tengo nada que decir. Solo que he metido mi dedo en proyectos que no sé si se cumplirán por ese miedo a que puedan acabar. 

No siento que he perdido un magnífico día de verano por primera vez en mucho tiempo. No he sentido la necesidad de estar fuera por el hecho de que haga sol y calor. He sentido la necesidad de quedarme dentro, dentro de mi, porque a veces me gusta perderme en mi misma, de abandonar todo aquello que me rodea, porque hoy no me importa nadie, nadie en este mundo es tan importante hoy. No te ha de doler, cielo. Puedo llegar a ser muy egoísta, simplemente porque no quiero que mi mundo empiece a pertenecer a alguna persona, por miedo a que esto puede acabar. 

No soy carpe diem, me fuerzo a serlo, me fuerzo a ser despreocupada y suelo conseguirlo. Pero no hoy, hoy ha sido como preparar un examen final de carrera, hoy a sido para mi formación. 

Y sé que esto no tiene sentido, solo quería escribirlo. Escribir ayuda a ver las cosas, a ordenarlas y enfocarlas correctamente. A encontrar algún sentido a todo esto. 

Repito; estoy bien, estoy normal.

Y yo aquí me abro porque no os veo la cara, por lo tanto no os leo los pensamientos, por lo tanto me da igual.

Hoy soy solo yo.