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Compromiso.




Pensábamos que los protocolos eran algo del pasado, normas de comportamiento reducidas a actos solemnes, bien, pues no.


Sin darnos cuenta la mayoría de las veces que utilizamos una red social, estamos llevando a cabo un protocolo, comenzando con la creación de una cuenta en estas redes sociales donde automáticamente se siguen a los familiares, amigos y colegas. Da igual si tu no quieres, acabarás teniéndolos hasta en la sopa de las redes sociales.

A partir de ahí, una vez superada la fase de iniciación, mediante mi observación, cuanto más veterano se es, los protocolos más se arraigan a la persona. 
Desde mi punto de vista, Instagram es una de las redes más protocolarias. 
Todo comienza con alguna foto que tus allegados suben de ellos mismos, un ''selfie'' si se quiere ser moderno. ''Like''. Y ya estás en el mundo. Se crea un círculo viciado en el que cada vez que una de las dos personas suban una foto habrá un ''like'' garantizado. Por lo que aseguraos tener muchos amigos si queréis ''likes'' fáciles...
Otra de las normas no escritas es cuando una persona le da ''like'' a muchas fotos de tu cuenta, al parecer has de hacer una captura de la pantalla de tu móvil (quién sepa como se hace eso) y subirla dando gracias a ese desconocido acosador. Lo que nos conduce al siguiente paso, después de dar las gracias, el susodicho desconocido/acosador te sigue, te followea o como quieras y de nuevo, se crea una nueva obligación, has de ser cortés y seguirlo de vuelta, porque si cualquier otro desconocido entra en tu cuenta y ve que te siguen más de los que sigues pensará que eres un engreído/a.
Este aspecto es muy importante, el número de personas que sigues, ya que puede determinar tu personalidad ''redil'' (osea, como te ven los demás por tus redes sociales). 
Existen tres hipótesis:
La primera, la antes mencionada. Te siguen más personas de las que tu sigues. Desde fuera adquieres la apariencia de que eres una persona que se cree superior a los demás.
Segunda; te siguen menos personas de las que tu sigues. El nuevo desconocido pasará de seguirte evaluándote como una persona débil y poco seria en la red social de turno aunque probablemente te acabe siguiendo pensando que eres un seguidor fácil que aumenta su número de seguidores.
Y la tercera; te siguen el mismo número de personas que tu sigues. Es la situación óptima, la del equilibrio. En esta cuestión el desconocido no tendrá problema alguno en seguirte, solo evaluará el contenido de tu cuenta y no tu personalidad ''redil''.
Lo mejor o peor de este protocolo es que lo hacemos sin pensar, simplemente nuestro índice hace todo el trabajo de nuestro cerebro, ¿cuántas de las personas que seguimos nos interesa por su contenido?
¿Por qué retwitteamos cualquier mensaje solo porque lo ha publicado una persona cercana?
Por compromiso.
Y si, puedes decir que te dan igual estos protocolos, que no los sigues, que no te importa lo que la gente piense de ti o cómo te vea, entonces querido lector, ¿por qué tienes cuentas en las redes sociales?


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