Después de alguna pelea típica de los viajes familiares (que si el peaje son siete con veinte y no con treinta) y de que mi padre le pasara el marrón de conducir a otro (ejem, a su futuro yerno); llegamos.
Llegamos a la ciudad (pueblo) sin ley, donde las gallinas van con revólver, ahora bien no sé si se refieren al arma o al grupo de música. Desde lejos vemos que nos saluda muy efusivamente una gitana con mil y un fulares y con la ropa de otros mil y dos colores. Desde cerca nos percatamos de que es mi abuela.
Si, mi abuela, ese personaje del que podría hablar durante días en el blog, persona que se inventa dichos tales como: ''Hoy estoy como el desodorante,...huelo''. Esa abuela que es una especialista en escaquearse de hacer tareas engorrosas como limpiar, cocinar, ir a por agua al caño o cuidar de alguna nieta, da igual si es suya o de la vecina. Si. Un personaje de abuela.
Pues bueno, en resumidas cuentas este fin de semana largo en el pueblo ha consistido en: comer como cerdos, dormir como marmotas, emborracharnos como si estuviéramos ya en la boda (y eso que aun quedan dos meses) y en discutir como ogros.
Si, amigos míos somos de carácter fuerte. Pero no os preocupéis, se nos pasa enseguida, la venganza, solo nos viene por parte materna... ups.
Jajaja, ya verás mi crónica mortal -.-
ResponderEliminarLa esperaré con ansias T_T
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